Socios de EFA asisten a charla sobre manejo del estrés y la ansiedad

Los efectos de la pandemia del covid-19 no solo se han reflejado en las cifras macro del país, sino también en el ánimo de los colaboradores de las empresas. En un ambiente de mayor incertidumbre ante la extensión de la crisis y la presión por conjugar teletrabajo y vida familiar, resulta fundamental que los equipos de trabajo cuenten con las herramientas adecuadas para sortear el actual momento, pero también para poder responder en plenitud una vez que aparezcan los esperados brotes verdes.

En ese contexto, el Comité de Capacitación de EFA se ha propuesto apoyar el desempeño de los colaboradores de las empresas que forman parte de la asociación, para lo cual ha dispuesto una serie de charlas. La primera de ellas fue dictada el 2 de septiembre por Big Human y se orientó a entregar herramientas para enfrentar de mejor manera los niveles de ansiedad y stress laboral que se registran entre las personas debido al contexto por el que atraviesa el país.

La actividad, que tuvo como relatora a Bernardita Fernández -coach en bienestar y directora de Amaka Calidad de Vida-, congregó a 87 asistentes que se conectaron vía remota desde diferentes puntos de Chile. En la ocasión se aplicó una encuesta que dio cuenta de las principales sensaciones que tienen las personas en la actualidad: ansiedad (83%), estrés (54%) y agotamiento (54%), lo que es posible extrapolar a los distintos sectores económicos del país.

¿Cómo las empresas pueden lidiar con esto y cómo enfrentan el desafío de la productividad con una fuerza laboral que necesita más apoyo que nunca? En ello, Bernardita Fernández fue tajante: “Un tema grande que hay que instalar hoy en día en los ámbitos laborales es la confianza”. Esa es la clave, señaló, agregando que “hoy el rol de los jefes tiene que ser más desde el liderazgo, más que solo desde la jefatura de hacer cumplir algo. Generar y abrir el espacio de la confianza”.

Para ello es necesario “dentro de los espacios laborales que van quedando que las personas puedan hablar sin miedo”, teniendo en cuenta la incertidumbre que despertó la pandemia -con la cercanía de una familiar o amigo infectado con covid- y/o la pérdida de la fuente laboral o de no saber cuánto tiempo más se tendrá empleo. “¿Cómo me hago cargo como jefatura, como líder, como CEO? Eso es lo que hay que ir inventando”, afirmó la experta.

“Hay que ser amable con las palabras que usamos, a lo mejor preguntarle más veces seguidas a un colaborador  «¿cómo estás?, ¿cómo está tu organización familiar?», indicó. Pero también hay acciones concretas que ayudan: algunas empresas están llevando las sillas ergonométricas a las casas de sus colaboradores -obviamente en función del espacio que estos tengan-, porque trabajar durante varios meses sentado en una silla del comedor o sobre la casa se ha transformado en un verdadero martirio para nuestra columna. “Esas cosas son importantísimas … son detalles con los que las personas se van a sentir consideradas”, destacó Bernardita Fernández.

Poner un poco de humor es otra forma. La coach indicó que hay empresas donde algunos grupos de colaboradores y sus jefes se han puesto de acuerdo para realizar sus videollamadas, por ejemplo, luciendo un pañuelo de un mismo color. “Para que sea un poco más agradable la reunión y no tan tensa”, explicó.

El estrés de la amenaza

¿Es posible pensar que el estrés actual -desatado por la crisis del covid- puede ser distinto al que se veía antes de la pandemia? Bernardita Fernández rompe de plano con ello: “El estrés es el mismo, lo que es diferente es cómo aparece el estrés. El estrés lo tenemos todos, la idea es que sepamos convivir y reconocer cuando estamos en una situación de estrés”, afirma. En ese contexto, la ira, la molestia y la reacción configuran un cuadro claro.

“La pandemia nos trajo en forma colectiva de una vez a todos ponernos en estado de estrés, porque se generó la incertidumbre, la que está asociada a la emoción del miedo, que es la emoción básica de sobrevivencia. Eso nos hace ponernos inmediatamente alerta y en reacción; por lo tanto, el cuerpo en se tensó, no solo se tensó mi mente, mis ansiedades, sino que se tensó el cuerpo y empezaron a aparecer cosas”, añadió, indicando que lo que tenemos hoy es un estrés relacionado a la amenaza. La amenaza de tener el covid, de perder el trabajo o de no saber cuánto tiempo durará la empresa en que se trabaja.

Por ello hay que tener en cuenta que será necesario rehacer la relación vincular, porque con los efectos de la pandemia se perdieron los vínculos. “Hoy el vínculo es virtual. Ojalá que las empresas que se están reincorporando, ojalá tengan la sabiduría de recibirte, que haya un anfitrión o que el encargado de vida y bienestar se empodere de sus roles. Siento que es una gran oportunidad de hacer la diferencia (..) hoy debe haber más humanidad que nunca”, afirmó.

En ese contexto, es posible diferenciar dos tipos de empresas. Un grupo que corresponde a las empresas que tienen la capacidad económica y de liderazgo para abrir ese espacio, de ir (a la oficina) por turnos, poner las sillas ergonométricas en las casas, facilitar el mouse e internet (en las casas); y el otro, que agrupa a aquellas que están tratando de sobrevivir, “que es lo más dramático y en eso siento que la relación con los colaboradores tiene que ser muy familiar, muy colaborativa”, sentenció Bernardita Fernández.

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